Una ostra divisó una perla suelta que había caído en una
grieta de una roca en el fondo del océano. Tras grandes
esfuerzos, consiguió recobrar la perla y depositarla sobre
una hoja que estaba justamente a su lado.
sabía que los humanos buscaban perlas, y pensó: "Esta
perla les tentará, la tomarán y me dejarán a mí en paz"
Sin embargo, llegó por allí un pescador de perlas cuyos
ojos estaban acostumbrados a buscar ostras, no perlas
cuidadosamente depositadas sobre una hoja.
De modo que se apoderó de la ostra-la cual no contenía
perla, por cierto- y dejó que la perla rodara hacia abajo
y cayera de nuevo en la grieta de la roca.
Sabes exactamente dónde mirar, (o crees saberlo..)
Por eso no consigues encontrar a Dios.
(Antony de Mello,"La oración de la rana")
LA REFLEXIÓN LA DEJO PARA TÍ LECTOR,Y TE DESEO UN HERMOSO FIN DE SEMANA.
2 comentarios:
Muy bueno, Mónica
Gracias,es bueno sí, a pesar de haber puesto ostra con "h",a saber en qué pensaba yo ja ja ja .
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