jueves, noviembre 24, 2005

Tonterías


Esta mañana estaba leyendo "Vivir para contarla" de Gabriel García Márquez.Me encanta cómo cuenta sus recuerdos de infancia.Y mientras leía dije, ya tengo tema para hoy para mi blog. Contaré algunas anécdotas divertidas y si con eso consigo arrancar al menos una sonrisa, por muy ridículo que quede lo que escriba habrá valido la pena.
Y pensando y pensando recordé mi vida en Calahorra,recién llegados. Vivíamos en un piso viejo horroroso pero ese era nuestro hogar y cuna de algunas de mi fechorías.Ya en esa época había estado a punto de convertirme en una asesina de pollitos.Antes de vivir en Calahorra viví en Coruña donde nací. A los cuatro años, además de grillos y mariquitas (vaquitas de san juan para los latinos), tenía por mascotas una pareja de pollitos.Ninguno de los dos llegó a convertirse en gallinas o gallos, uno murió no recuerdo bien por qué, el otro lo maté yo pensando que estaba muy triste sin su hermanito y que se moriría de pena, así decidí ahorrarle la tristeza, pero mi mamá se dio cuenta a tiempo, gracias a Dios, porque no me lo habria perdonado en la vida.Y ese pobre infeliz acabó muriendo por querer beber más agua de la que debía, se mojó enterito y del frío se murió.Así que mi conciencia está tranquila.Y aunque mi mamá no se hubiera dado cuenta, me habría echado atrás a tiempo, estoy segura.¿Cómo iba yo a ser tan sádica con sólo cuatro años?
Y bueno,algo tengo yo con los pollos que ya en ese piso del que hablé al principio pasó otra cosa.Seguía teniendo pollitos de mascota, era la moda, algunos de color azul y rosa incluso.Hoy aborrezco eso , pobres pollitos, pero en su momento me encantaban por lo suaves que eran.Uno de ellos llegó a convertirse en un símil de gallina , y digo eso porque se lo dimos a una señora cuando había dejado de ser pollito pero tampoco era una gallina. Gallina adolescente más bien no?No sé qué fue de él. Habrá terminado guisado o en una paella qué se yo, pero al menos en mi estómago no acabó de eso estoy segura.
Pero hasta ahí no llegan mis aventuras con esos animales.Un buen día mi mamá empezó a notar un olor horrible en mi cuarto.No encontraba la causa por ningún lado, hasta que se dio cuenta de que el olor venía de mi armario.Duplicó la cantidad de suavizante pensando que olía mal porque la ropa al secarla cogía los olores de las cocinas de los pisos de abajo.Pero el olor persistía, hasta que un día descubrió la causa.Yo había escondido ahí la cabeza y las patas de un pollo que había comprado en el mercado enterito.Sin que ella supiera, cuando lo preparaba para cocinar yo agarré la cabeza y las patas y los escondí.Eran mi arma en mi particular guerra contra el pesado de mi hermano.Ver eso le aterrorizaba.Al final no conseguí asustarlo tanto como me gustaría y sí que conseguí una buena reprimenda de mi madre.
Mis amigas no se quedaban cortas.Ya más mayorcitas, un día de visita en casa que estábamos algo aburridas se nos ocurrió echar agua por la ventana al primer infeliz que pasara debajo. Y la "afortunada" fue......una chica que conocíamos.Era de nuestro colegio,de los últimos cursos.Era domingo y ella que tenía el pelo rizado lo llevaba liiiiiiiiiiso liso. Así que forzosamente tuvo que cambiar de look en cuanto le cayó una jarra de agua fría.
Ahora que releo esto creo que esa era la época en que dejé salir al exterior al demonio que todos llevamos dentro no?jajajaja.Qué horror, tan traviesa era?Y eso sin mencionar el día que del agua pasamos a escupir y el "regalito" le cayó a una señora pija pija con aires de marquesa y su anciana madre.Por desgracia subieron a mi casa a protestar y la cama de mi madre no fue escondite suficiente para nosotras.Nos castigaron claro.
Mi hermano no se queda corto.Con sus "dulces" tres añitos,un día no se le ocurrió otra cosa que hacer un mitin en el balcón de casa.Gritaba como nunca para que le escuchara todo aquel que pasara por la calle ne ese momento.Y tan original era que mezclaba a Jesús con Felipe Gonzáles. Queda gracioso si no fuera porque nuestra casa estaba justo enfrente del cuartel de la Guardia Civil y siempre tenían dos agentes en la entrada haciendo guardia.Entre mi madre y yo lo agarramos y lo encerramos en casa.
Creo que hoy ya escribí demasiadas tonterías.Ojalá os hayáis reído un poco mucho.Y si causé algún ataque de risa espero que mi víctima haya tenido un baño cerca jajajaja.Besitos a todos.

3 comentarios:

Lilian dijo...

che espero que ahora estés más serena, y menos chiquilina, sino, invitarte venir a baires, será un caos, hmmm aunque en una de esas en lugar de matar pollos podés venir acá y matar mosquitos que hay muuuuuuuuuuchos, y entonces te estaría agradecida

Mònica dijo...

Jajajajaja, vos y tus ocurrencias.Los mosquitos los matas vos,ya se me paso el instinto animalcida. Por cierto releyendo lo que escribí encuentro un sospechoso parecido con tu forma de hablar.Che será que me estás contagiando?Será que por hablar tanto von vos me estoy lilinizando?ummmm pinta grave el asunto.

Lilian dijo...

jajaja lilinízate entonces, pero te digo que si lo haces te convertirás en una trucha jajajaa..
un beso.. te quiero mucho mi amiga